lunes, 13 de abril de 2015

RUTA VALLE DE ORDESA (De la pradera a la Cola de Caballo)


Agua, rocas y grandes espacios en Los Pirineos. El Parque Nacional de Ordesa cumple con las expectativas que se intuyen desde la lejanía.
Dificultad: Baja/media (el camino es sencillo, si ponemos dificultad media, es por los 18 km. de la ruta).
Grupo: Tere y José.
Temperatura: al comenzar: 19º al finalizar 20º (mucho aire)
Punto de partida y llegada: Pradera del Valle de Ordesa.
Distancia recorrida: 18 kilómetros. 6 horas.
Altitud del punto de salida: 1.300 metros.
Altitud del punto más alto: 1.900 (Cola de Caballo).
Fecha: 31 de marzo de 2015.
Plano de la ruta (Ordesa, de la pradera a la Cola de Caballo)
Teníamos ganas de conocer el Valle de Ordesa y ya tocaba. Aprovechando un viaje por la zona nos dimos el lujo de hacer la ruta más transitada del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, la que va de la pradera (un amplio aparcamiento) a la Cola de Caballo, una fervencia (cascada) que nos obsequió con mucha agua.
Tere, llegando al centro de interpretación
Torla, con los Pirineos al fondo

Es recomendable acceder desde Torla, allí visitar el centro de interpretación (centro de visitantes) del parque y proveerse de información y documentación. Torla pueblo también merece un paseo, por sus construcciones y porque vive volcada hacia el parque.
Zona de aparcamiento. Inicio de la ruta
Siguiendo la carretera hacia el norte, a 3 km. de Torla hay un desvío a la derecha por el que circulando unos 5 km. más llegamos a la pradera (¡Ojo! Hay que informarse en el centro de interpretación del parque porque esta carretera no está abierta todo el año).
 
 

La ruta comienza por un camino muy amplio y tendido, nos sorprendió inicialmente el gran número de personas que hacían la ruta. Aquí en León estamos acostumbrados a más intimidad. El parque y las rutas hacen vivir a todos los pueblos del entorno y mejoran su economía.
Boj "Buxus sempervirens"
También los sorprendió la vegetación, sobre todo la abundancia de plantas de boj (un arbusto de hoja perenne que en nuestra tierra se ve poco en el campo, y más como planta ornamental en setos).
 
 
El camino zigzaguea acercándose y alejándose del Rio Araza y ascendiendo siempre rodeado de vegetación, principalmente hayas, aunque también pinos y más boj.
 
 
El río nos regaló gran cantidad de agua (procedente del deshielo) y un ruido estremecedor en las cascadas, sobre todo las primeras (la de la cueva y la del estrecho).
 
Hay desvíos protegidos para verlas y una especie de balcones con barandillas metálicas que te permiten casi meterte en la cascada y llenarte de su humedad y ruido atronador.
 
Seguimos caminando por una amplia pista, ascendiendo entre bosques de hayas, para llegar después a las Gradas de Soaso (unas cascadas encadenadas que estaban muy bonitas por la cantidad de agua). Aunque también estarán bonitas, seguro, con poca agua.
 
 
Seguimos y el camino tenía algo de nieve. Así salimos a lo que llaman los “Llanos de Soaso” una amplia pradera ya tendida que te permite caminar con comodidad, aunque es recomendable mirar poco al suelo y llenarse la belleza de las paredes de roca que están a ambos lados y al frente.
 
 
 
 El camino está muy cuidado, casi excesivamente. En algunos tramos lo han empedrado con rocas y cemento para facilitar los pasos de los senderistas. Demasiado lujo para nuestro gusto.
 
Después, caminando por la pradera, se llega a la cascada (fervencia) de la Cola de Caballo a 1.900 metros, objetivo del paseo y fin del trayecto.
 
La vuelta en otras condiciones, se puede hacer por una ruta diferente, paralela a la de ida y un poco más alta, pero nos recomendaron en el centro de interpretación del parque que volviéramos por la misma ruta. Ya que había nieve y las otras  rutas no eran seguras. Así que volvimos por el mismo camino hacia el aparcamiento, disfrutando de nuevo del paseo  en sentido contrario, que, como siempre, parece otra ruta diferente.
La Cola de Caballo del Valle de Ordesa. Fin de trayecto. Ahora toca volver